miércoles, 8 de septiembre de 2010

Alumbrado público


Espero que caiga el sol,
que su impacto nos sacuda,
desempolve las viejas estrellas
y parta las sombras en mil pedazos.

Empleado publico, cumpliendo horarios,
contratado por el hombre para iluminar sus días,
perdido en la soledad de un oficio de rutinas,
sabiendo que jamas tendrán con que pagarle.

Condenado a volver a casa por el mismo camino,
marchando de prisa, sin poder cambiar su destino,
al llegar a su hogar su mujer se fue a trabajar,
para mantener a sus miles de hijos.

Perdido el amor al oficio y visto lo repetitivo,
tirarse a ver televisión en el sillon del living,
comer algunos planetas fritos para saciar su apetito,
esperar a su mujer hasta quedarse dormido.

Los días pasan aburridos,
iluminando a tantos seres que creen estar vivos,
volando en las nubes, que se mueven sin destino,
torpe y distraído deja secar un rio.

El hombre furioso lo culpa de asesino,
por no cumplir con lo prometido,
y los campos se secan sin flores,
porque el empleado hoy esta confundido.

cansado de cargar tanto tiempo este camino
y viendo la jubilación mas lejos de lo concebido,
no quiere seguir vivo, piensa en colgarse de algún árbol,
de saltar desde lo alto, a nuestro frío vacío.

Preocupado por sus hijos, recibidos del Olimpo,
con títulos secundarios y nietos en camino,
un cielo con poco trabajo, la inflación por las nubes
en un cielo tan agresivo, en un cielo convenido.

su mujer es de la noche, de todos los poetas,
rodeada de estrellas, con las piernas abiertas,
sus amigos están cada uno en su mundo
y su plata no le alcanza para tanta ciencia.

no es fácil ser tan grande siendo tan pequeño,
ni ser tan pequeño siendo tan grande,
pero entendió que es un pequeño engranaje,
que es uno mas de un macro y micro sistema.

que en una partícula entra un mundo
y en un mundo infinidad de particulas,
espera una vida mejor del otro lado,
porque todos los domingos aunque lloviera fue a misa.

Se detiene en lo mas alto del cielo
y prepara su fatal caída, contra el suelo,
como cada uno de sus días, y yo espero,
simplemente me siento y espero.

Espero que caiga el sol,
que su impacto nos sacuda,
desempolve las viejas estrellas
y nos parta en mil pedazos como todos los dias.





Rio Teberer en roma, exactamernte el lugar donde me surgieron estas palabras mientras todo iba a explotar.

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