martes, 19 de octubre de 2010

Je te hais


¿y si me la presento el diablo?, que cambia sus maneras y formas, si nunca había conocido una tan endemoniada, capas de arder en el infierno y salir ilesa, de entre los cuerpos que Caronte pasea en su barca, barca veneciana de los enamorados, donde el agua lleva y trae cosas, sobretodo trae, donde la barca va y viene, se puede volver, solo has de tener dos oros y algunos cobres para sobrevivir luego, porque en el infierno no hace frío, pero que queda para los vivos, el invierno, el infierno, una letra no cambia una palabra, un demonio no cambiaría tus besos, no los cambiaría por nada, el infierno es trasparente, seres de carne ardiendo en el fuego desnudos, pero el cielo que velo tan grande cubre lo que pasa, nadie ha vuelto para contarlo, que clase de torturas sufrirán en el cielo, será el infierno tan solo una franquicia del cielo, un departamento de cobranzas, entonces diablo y dios como socios, planean el fin del mundo, y aun así de todas las que podía querer, el diablo como celestino, me puso adelante de tu cara, y te quise, tal vez en el fondo soy bueno, o tal ves solo quiero creer eso, es una manera de lavarme las manos de mi mismo, pero soy un pecador porque existe el cielo, y aun así, llegando al cielo, no entiendo porque habría necesidad de permanecer allí, in eternum, la eternidad es demasiado tiempo, tengo planes mejores, lleguemos a donde ningún ser ha estado, a las profundidades del mar, donde los peces nunca se convierten en pescados, y la luz no engendra sombras, mas allá del infierno, mas allá del centro de la tierra, mas hacia adentro, hacia el centro, a donde Verne llego con palabras, en donde la muerte, nuestra empleada, nuestra esclava, no pueda cosechar, que inútil una hoz debajo del agua, que muerte inútil, allí podríamos dejar de respirar sin preocuparnos, y aun así te tendría, porque no hace falta ser pecador para vivir el infierno, ni hace falta ser santo para vivir el cielo, ¿porque haría falta ser pez para vivir en el mar? y cuando me aburra de tenerte, de todas maneras le agradeceré al diablo por haberte tenido.


Foto que atrape en Paris, de unos querubines jugando con pescados del sena, el monumento al bobo de fondo.

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